Quisiera soplar pero el viento ya corre. Allí en la esquina se oyen las campanas y el sonido de los arboles. Cegados estamos por el resplandor de las cadenas que nos sujetan. Allí estas tu y aquí estoy yo, parado sobre el alba, cantándole una canción al corazón, revoloteando palabras con temor.
¿Se habrá escuchado mi ira? ¿Habrá consuelo para mi pasado, mi presente y mi futuro? ¿Sucumbiran aquellos impactos del tiempo, que fuertemente derrochan una mezcla de amor y de dolor?
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