19 de agosto de 2010

El árbol de la vida

Estoy herido, sobre mi pecho veo un corte, muy grande.
Con mis pocas fuerzas caminé hacia un árbol cercano. Me apoyé sobre una rama, estoy muy cansado, sólo quiero volver a respirar, que mis heridas sanen.
Llegué a ese árbol, tan cálido, me senté sobre el pasto, y me apoyé sobre su inmenso tronco, cerré mis ojos un momento, y escapé de la realidad, fui a volar a otro universo, en donde solo había paz, no dolor.

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